De vuelta en casa

Tras un fin de semana "de aventura" por Houten ya estamos de vuelta en casa. Esta vez, por suerte, la planificación sí que funcionó y aprovechamos los tres días al 110%. Visitamos y compramos todo lo previsto y aún tuvimos tiempo para seguir haciendo nuevos planes e incluso asistir en directo a la subasta total de un prestigioso colombófilo belga recientemente fallecido. En cuanto a los nuevos fichajes me he traído nueve pichones para volarlos en casa (recién destetados) y una hembra adulta (directa de Thierry Sibille y con sangre del fondista holandés Jos Martens y del campeón belga Yvon Deneufbourg). En cuanto a líneas... un poco de todo, pero pensando siempre en buscar palomas que puedan volar bien en mi actual línea de vuelo en Madrid. Sobre los palomares de procedencia... siempre intentamos buscar palomares "pequeños", sin grandes campañas publicitarias, pero que tengan palomas que a la mano resulten interesantes... aunque a veces hacemos "excepciones involuntarias" a esta última norma. Digo lo de "involuntarias" por la anécdota que les relataré a continuación. Ayer lunes, después de recuperarme un poco del "atracón de Kms." que nos habíamos dado, me entretuve en poner los nombres de los palomares de procedencia de mis pichones en Internet, a ver qué salía, y no vean qué sorpresa me llevé con un par de ellos. Habíamos comprado dos pichones a un colombófilo belga de Putte (el pueblo de los hermanos Engel, entre otros) el cual los ofrecía en una pequeña cesta en medio de la plaza mayor. Tras echarle un vistazo y negociar su precio nos quedamos con los que nos parecieron mejores y al pagarle le pedimos que nos diera los pedigrees, pero este señor nos indicó que él no hace pedigrees y que sólo nos daba el título de propiedad. Es decir, aparentemente un "tipo sencillo" pero que si pones su nombre en PIPA, tiene, además del correspondiente reportaje en exclusiva resumiendo todos sus campeonatos, una extensísima lista de primeros premios volando los dos grandes clásicos belgas de la velocidad que son Noyon y Quievrain.... y, entre premio y premio, vende sus pichones en la calle a 35 euros cada uno... je,je,je,je. El segundo caso no fue menos llamativo. Compré un macho azul pinto para el Pequeño Gus que es muy fan de las palomas de pluma blanca. Los escogimos entre varios que tenía a la venta un "abuelete" alemán que fue superamable con nosotros. Hablamos muchísimo rato con él, pero de todo menos de palomas... de Canarias, de Suiza, de cómo ha cambiado la colombofilia, etc... mientras nos invitaba a unas cervecitas para amenizar la charla. Acabada la tertulia elegí el pichón que más me gustaba y resultó ser un hijo de su mejor viajero de 2017... bueno, eso ayuda, aunque al fin y al cabo yo lo compraba por su color y para que le gustara a Gus, pero si además viene de buena línea, pues mucho mejor. Tras esto nos despedimos y, cómo decía, antes ayer me puse a investigar un poco. A este hombre no lo localicé por Internet sino revisando las revistas que había "recolectado" en la Feria. Una de ellas, el anuario que edita PIPA, suele incluir a los colombófilos más relevantes de toda Europa, aunque es cierto que también es un documento comercial que muchos usan como mera promoción, y ahí me lo encontré a él en una de las primeras páginas... enchaquetado y rodeado de "tropecientos" trofeos. El "abuelete" de charla amena parece que, además de muy afable, es un palomar puntero de Alemania... je,je,je,je... está visto que mi "fino olfato" para nuevos talentos esta vez ha fallado de pleno.

El ordenador de abordo no engaña... 3.575,9 Kms. en cuatro días... Gran fondo en estado puro

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